Análisis de Imagen

Harold “Doc” Edgerton “El Maestro del Tiempo”

Fue un fotógrafo estadounidense nacido en Nebraska en 1903. Estudió Ingeniería Eléctrica en la Universidad de Nebraska y después realizó su maestría y doctorado en la misma rama en el Massachusetts Institute of Technology (MIT). Edgerton fue un científico que recurrió a la fotografía para captar el movimiento, extendiendo las capacidades del ojo humano al hacer tomas de alta velocidad.

Desde 1931 en adelante, Edgerton desarrolló y mejoró las luces estroboscópicas y las usó para congelar objetos en movimiento para que pudieran ser capturados en película por una cámara. Ese mismo año, desarrolló técnicas para usar la luz estroboscópica en películas de ultra alta velocidad. Los ajustes y mejoras de Edgerton a las tecnologías estroboscópicas continuaron a lo largo de su carrera.

Incluso antes de que el estroboscopio estuviera disponible comercialmente, Edgerton, Germeshausen y otro de los estudiantes de Edgerton, Herbert E. Grier, fueron contratados como consultores por una variedad de industrias. Solo en 1931, pusieron la luz estroboscópica en prensas de impresión y maquinaria que fabricaba cajas, relojes y papel. En cada caso, el estroboscopio reveló problemas que no se podían ver ni corregir sin la luz intermitente que congelaba el movimiento de la máquina.

Quizás el uso temprano más famoso del estroboscopio fue en una demanda entre los hermanos Lever y Procter & Gamble sobre sus métodos competitivos para hacer jabón en polvo. Las imágenes en movimiento estroboscópicas de alta velocidad proporcionaron una prueba visual de que los métodos de Lever Brothers eran diferentes de los de Procter & Gamble y se abandonó la demanda.

Edgerton nunca pensó en reservar la luz estroboscópica para temas puramente técnicos. A mediados de la década de 1930, estaba fotografiando fenómenos cotidianos; golfistas golpeando una pelota, arqueros dejando volar la flecha, jugadores de tenis haciendo un saque, agua corriendo de un grifo, gotas de leche golpeando un plato y todo tipo de criaturas en vuelo, desde murciélagos hasta colibríes e insectos.

También interesado en la oceanografía, en 1937 diseñó una cámara resistente al agua para fotografiar organismos marinos.

En 1939 fue comisionado por la Armada Aérea Norteamericana para diseñar una lámpara estroboscópica –se le otorgó la patente en 1949- suficientemente poderosa para hacer tomas aéreas nocturnas. Un par de años más tarde recibió una medalla otorgada por el Departamento de Guerra en reconocimiento a su labor durante la Segunda Guerra Mundial. En 1947 diseñó una cámara capaz de fotografiar explosiones nucleares desde siete millas de distancia.

En 1952, la National Geographic Society le pidió a Edgerton que se uniera a ellos en la exploración submarina, y Doc conoció al líder de las expediciones, Jacques-Yves Cousteau.

Edgerton comenzó a construir cámaras y flashes submarinos para Cousteau, pero pronto se dio cuenta de que las turbias aguas del océano requerirían algún tipo de sistema de sonido para aumentar sus cámaras. Desarrolló un sonar de penetración, y una ecosonda que llamó “pinger”, que emitía ondas sonoras al fondo del océano. Los ecos que regresaban del pinger indicaban lo cerca que estaba la cámara del fondo. Edgerton inventó el "boomer" en 1961, un dispositivo acústico similar al pinger, que podía ubicar objetos que yacían sobre y debajo del fondo del océano y entregar suministros sísmicos de ellos. Usó el boom para encontrar una bomba H en la costa de España, buscar la antigua ciudad griega de Helice (sumergida alrededor del 373 a.C.) y trazar un mapa de varias trincheras oceánicas.

En 1986, Edgerton y sus colegas diseñaron un sistema fotográfico de tiempo transcurrido que podía tomar imágenes en movimiento de eventos submarinos, utilizando luces estroboscópicas para la iluminación. Este sistema hizo posible fotografiar los movimientos de dólares de arena, erizos de mar y otras criaturas marinas cuyos movimientos normalmente son demasiado lentos para que los humanos los vean.

En cuanto a la fotografía elegida, está realizada con flash múltiple y se realizaron varias exposiciones en un negativo. Este tipo de fotografía se toma en una habitación oscura con el obturador de la cámara completamente abierto. La película está expuesta solo cuando el estroboscopio parpadea. La velocidad del flash determina la cantidad de imágenes en el negativo: desde unas pocas imágenes separadas hasta muchas superpuestas (como en la foto elegida del golfista).

La imagen está hecha en un estudio con iluminación artificial. Hay una luz principal que ilumina en diagonal, mirando la foto desde la derecha hacia la izquierda.

Luego también lo que ilumina es el flash que son 100 destellos por segundo durante medio segundo. 

Es una toma directa y justamente con el flash logra el efecto deseado ya que la capacidad de la luz estroboscópica para crear ilusiones ópticas permite a las personas ver imágenes que ocurren demasiado rápido para que el ojo humano las perciba.

Estroboscopio (MIT, Laboratorio de luz estroboscópica)

La fotografía fue tomada en 1938 y quien aparece en la fotografía es el golfista Densmore Shute. Es una fotografía artística y es una imagen icónica. En si la imagen me hace recordar la sección aurea, por la forma lograda con el movimiento del golfista. Parece como si se formase un caracol. Como no conocía al autor no podía deducir que era de él la foto. Pero luego de ver fotografías e investigar acerca de él, claramente si lo hubiese conocido, enseguida me hubiese dado cuenta que la fotografía era suya. Ya que es parte de su estilo la manipulación del tiempo y la utilización del flash múltiple. En si lo que capturo es el movimiento que hace el golfista a la hora de pegarle a la pelota, desde el inicio hasta el final.

La imagen no es buena, es más bien, excelente. Es claramente un ejemplo de fotografía superlativa.

Como dije anteriormente no conocía a Harold Edgerton, pero tengo que decir que disfrute elegir esta fotografía para analizar, ya que me pareció muy interesante todo lo que pudo lograr y me dio curiosidad por seguir investigando a futuro. Por lo tanto, a modo de despedida, quiero agradecer por este ejercicio.